2 apellidos puertorriqueños

Como a muchos de mis compatriotas y latinos, en la escuela se nos enseñó a escribir y tener presente a ambos padres cuando del apellido se trataba. Yo fui, soy y seré Medina-Rosa. Mi padre aportó el primero y mi madre el segundo. Por años, a nadie se le ocurrió quitarme ninguno. Hasta que llegue a Norteamérica.

Aquí la gente se hizo la picha un lío. Medina dizque era mi segundo nombre, porque ¿cómo que yo tenía dos apellidos? Y bueno, con Rosa también gozaron. Así que, en un momento de mi vida opté por meterle el guion entre ambos e intentar que me dejaran tener la fiesta en paz.

Todo, más o menos, bien hasta que decidí casarme. Cuando llegó el momento de oficializar en notaría el estatus marital me miraron como un bicho raro al confirmar que no me cambiaría el apellido o “tomaría” el de mi esposo. ¿A santo de qué? Yo sigo siendo una versión mejorada de la Keyla Medina-Rosa que mis padres trajeron al mundo. ¿Porqué debía adoptar, en un santiamén, el apellido de mi marido? Para mí, era como abandonarme, negar a la que había cargado el nombre para pasar a ser la de Bombón; y un bombón maravilloso, pero ¡Nah!

El Bombón no tenía el menor problema y como a él tampoco le pasaba por la mente tomar mi apellido decidimos que juntos seguiríamos siendo nosotros mismos.

La pregunta del millón, ¿por qué lo hacemos? Foto por Gerd Altmann.

La pregunta del millón, ¿por qué lo hacemos? Foto por Gerd Altmann.

Como en USA todo se permite, cuando nació nuestra hija decidimos darle el apellido materno de mi marido y el paterno mío. (Total que siempre se le quitan el mío, pero ahí estoy sigo haciendo malabares para que se respete). Y entonces, cuando viajamos y marcamos en el papelito de inmigración que somos familia siempre ponen cara de culo -porque cada uno tiene un apellido diferente-; hasta que nos miran y ven que Candela tiene lo mejor de los dos mundos.

Todo esto sin hablar de burocracia. Porque después de años de ser una “persona” es complicado y caro, (Gracias, gobierno) volver a ser la original.

Hoy pregunto, ¿las que se cambiaron de apellido lo hicieron por darse un upgrade, seguir la tradición o cambiar su marca? Tengo curiosidad. Espero sus comentarios al respecto.

Atentamente,

Keyla Medina-Rosa

Acompañamiento: “Papaoutai” de Stromae.