¡Porque yo lo valgo!

Y un buen día dejamos de poner excusas; hicimos un date, escogimos nuestra guarida y fuimos a celebrarnos. Mi hermanaza de la vida y yo decidimos, por un día, hacernos prioridad y dedicar los mimos, que solemos destinar al resto de la familia, a nosotras.

The Standard en Miami fue el headquarters escogido para la misión. Para mitigar el golpe del tarjetazo optamos por ir un día de semana (que para eso están los benditos días personales); y como un pase de un día cuesta lo mismo que un tratamiento de cupping y el disfrute de las amenidades, me aventuré a descubrir la técnica milenaria popularizada por Michael Phelps.

Y ahí estaba yo, tumbada boca abajo en la camilla, dejándome succionar la espalda para sacar tensiones, agobios, ansiedades y cualquier otra cosa funky que estuviera habitándome. El tratamiento va acompañado de una música que te transporta a un paraje exótico, con cascada y río incluidos. ¡Qué maravilla!

Marcada y liberada.

Unos 30 minutos después, salí en una nube y me encontré con mi amiga en el hamam turco para hacer el circuito completo: baño de vapor, sauna, y duchas con todo tipo de chorros; todo muy “namaste” hasta que nos entró la sed y decidimos seguir de relajación en el bar. Muy holístico de nuestra parte. El frozé, un granizado de popular vino rosado, fue el brebaje de elección para celebrarnos. De show.

Hablamos de bien y el mal, de nuestro pasado, presente y los sueños futuros, también reímos y callamos, pero poquito porque lo nuestro es hablar.

Dejando mi mensaje.

¡Ojo! Nos dimos el gustazo porque somos de la quinta de L’Oreal, “Porque yo lo valgo” (y la tarjeta aguanta), pero el mismo efecto lo tiene sentarse en el sofá, cuál eternas adolescentes, a reír y hablar.

La vida es un ratito. Sácale partido a tu días, a las amistades, a tu ciudad y a tu tarjeta; la última la paga el diablo, y así no te cuentan sino que te lo vives.

Recuerda: no dejes para mañana el mimo que te puedes dar hoy.

Acompañamiento: “Give Me One Reason” de Tom & Collins.